En la iglesia llevé a mi nieto*
ante el gran crucifijo
y el niño se le quedó mirando
muy serio y fijo.
Otro día en la iglesia
le llevaba a ver al Cristo
y: << sí, sí, vamos a ver
al "Cristo de las pupas" >>
sólamente me dijo.
Y desde entonces para mí
fue el "Cristo de las pupas"
el Cristo del gran crucifijo.
*Meskelu tenía cuatro añitos
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