domingo, 22 de julio de 2012

Domingo

Las gallinas cloqueaban
y sin saber que era Domingo,
escarbaban afanosas
con las patas y el pico.
El gallo gayo, altanero y lindo,
paseaba ufano por el
gallinero; para él siempre,
el día era festivo.
Las cigüeñas de la torre,
sin respetar el Domingo,
desoyendo la voz de las campanas,
buscaban su comida, entre
el campo y el río.
La niña que no había
tenido escuela,
ataviada con su mejor vestido,
esperaba la hora de ir a misa,
ella ¡sí sabía que era Domingo!