Pasaba la pobre procesión
de Viernes Santo
por el pueblo que semejaba dormido,
pues sus habitantes iban todos
tras su Virgen anegada en llanto,
y en pos de su Cristo malherido.
Caía la fría noche noche y allá
desde el campanario,
una cigüeña que se fingía
coja, oteaba le triste procesión
del pueblo castellano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario