A mi nieto blanco
o a mi nieto negro
yo estuve esperando
con los brazos abiertos.
Llegó mi nieto negro
con sus ojos grandes
y su pelito crespo.
Era guapo, para si poder cabía
aun mas quererlo;
pero lo que ya de lleno
le introdujo en mi pecho,
fue su caracter alegre y sereno
que con sus sanos diez meses y medio
aceptaba los cambios en su vida
sin lloriqueos ni miedo...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Tia, me ha encantado, hasta al leerlo se me han saltado las lagrimas. Un beso grande
Publicar un comentario